¿Cuéntame la historia de cómo llegaste a trabajar con icebreaker?

"Comenzamos a trabajar con el icebreaker cuando este tipo vino a nuestra fábrica en Timaru con un anillo en el pulgar. Nunca había visto uno de esos antes, él se llamaba Jeremy Moon. Entró y se encontró con estas camisetas que estaba haciendo un granjero en Marlborough y se preguntaba cómo podría expandir esa gama de productos. Así que hablamos con él y elaboramos nuestro primer producto en 1996. En el primer año procesamos tres fardos de lana, que equivalen básicamente a 500 kilos de lana. Ahora procesamos cerca de mil toneladas de lana procedente en su totalidad de Nueva Zelanda en esta planta de aquí, desde el envío desde Nueva Zelanda, garantizando en todo momento la integridad de nuestro procesamiento. Hemos llegado a conocer muy bien a icebreaker durante ese tiempo y estamos muy orgullosos de ser parte de la cadena de suministro de esta empresa”.

¿Qué es lo que más disfrutas de tu relación con icebreaker?

"Nuestra relación con icebreaker consiste en las personas con las que tratamos. Compartimos los valores de la empresa. El negocio de la lana puede ser un negocio difícil y mucho se basa solo en el precio. No obstante, la relación de icebreaker se basa más en toda la línea de productos y eso es a través de las personas con las que trabajamos, los productos que se elaboran, los desarrollos, cómo podemos ayudar a icebreaker y cómo icebreaker puede ayudar a CHARGEURS. Todo se basa en la transparencia y en tener una mentalidad abierta”.